En este sūtra Patañjali nos confirma algo muy importante para la teoría del yoga y de los kleśa, y es que los kleśa producen vŗttis. La expresión que usa “tad-vŗttayaḥ”, se refiere a los vŗtti causados por los kleśa, a las fluctuaciones o estados mentales causados por los kleśa. “Tad” es una partícula que hace referencia a aquello de lo que se está hablando o se ha hablado inmediatamente antes, así que podemos sustituirlo por kleśa y hablar de los kleśa-vŗtti.
Tratar los kleśa es un paso previo a poder tratar con los vŗtti
Por otro lado, aquí Patañjali nos enlaza de forma maravillosa el I con el II Pāda, o éste con aquél, mostrándonos la relación entre ambos:
Nos relaciona el yoga definido en el sūtra I.2 como citta-vŗtti-nirodha, con el kriyā-yoga que nos presenta en el sūtra II.1, y la relación es que el primero habla de debilitar los vŗtti, mientras que mediante el segundo -el kriyā yoga- atenuamos los klesā o mecanismos que están de base en la producción de los vŗtti.
Y como, por tanto, los kleśa, son un elemento más profundo de la psique, deben inevitablemente trabajarse antes, si uno quiere después llevar los vŗtti que originan al estado de nirodha, como el I.2 requiere hacer al yogui.
De ahí que los kleśa se presenten, y además inmediatamente, en este II Pāda de la práctica, dedicado, como hemos comentado, a practicantes más principiantes o menos avanzados en el control de la mente, porque el trabajo con ellos es un paso previo a poder tratar con los vŗtti;
Y de ahí que el sūtra que hoy tratamos, al presentarnos el qué hacer con los vŗtti que resultan de los kleśa, nos remita en realidad al I Pāda, pues nos dice que debemos eliminarlos (heyās) por o mediante la meditación (dhyāna), la práctica que es posible para la mente más refinada a que se dirige el I Pāda.
Los kleśa-vŗtti o vŗtti-s ocasionados o que tienen como base los kleśa.
Patañjali nos presenta los vŗtti en los sūtra I.5 a I.11 de la siguiente forma:
– Por un lado, nos dice que los vŗtti pueden ser “klista” o “aklista”, esto es, dolorosos o no dolorosos. Los kleśa-vŗtti, en cuanto basados u originados en las causas de sufrimiento, en las aflicciones, tienen que ser klista, son vŗttis que conducen al dolor.
– Y por otro lado, nos dice que son de 5 tipos:
-
-
- Pramana, conocimiento correcto
- Viparyaya, conocimiento incorrecto
- Vikalpa, imaginación
- Nidrā, sueño profundo, sin sueños
- Smŗtiḥ, memoria
-
Algunos autores nos dicen que los kleśa-vŗttis son del tipo viparyaya, puesto que en último término provienen de avidyā, de la ignorancia, y por tanto han de dar lugar a un conocimiento incorrecto. Otros opinan que avidyā es un elemento mucho más profundo en el subconsciente (recordemos los bhava del Samkhya, como tendencias innatas) y, por tanto, diferente del error circunstancial que puede llevar al conocimiento incorrecto en un momento dado, y que no necesariamente es fundamental o permanente. Para estos autores, los kleśa pueden dar lugar a cualquiera de estos tipos de vŗtti.
Con carácter más específico, hablan otros de 6 kleśa-vŗtti para hacer referencia a las que también podemos llamar “emociones básicas”, que son:
a) En primer lugar, KAMA, que es además emoción primaria, de la que derivarán todas las demás. Kama es el deseo subconsciente, todavía un poco “ciego”, no focalizado, como un patrón inconsciente de deseo que se traduce en vŗttis de desear comida, gente, cosas… Como emoción primaria, es la madre de que derivan las demás.
b) Después tenemos KRODHA, que es un enfado o ira inconsciente hacia alguien, un sentimiento de frustración, muchas veces derivado de aquél deseo, cuando no se ha cumplido. Es un enfado del que muchas veces no somos conscientes o no reconocemos, aunque otros desde fuera lo puedan ver claramente.
c) Otro es MATSARYA, que son los celos, o la envidia hacia otros por lo que tienen, también muchas veces por un deseo inconsciente incumplido nuestro.
d) Después podemos poner a MUDA, que es un orgullo inconsciente, por haber conseguido aquél deseo, también inconsciente, que te hace mirar a los demás por encima del hombro, como en un “yo lo tengo y tú no”; muy peligroso como “orgullo espiritual”.
e) El quinto sería MOHA, que es un inconsciente sentido de posesión, que no llega a apego -pero casi- ante ese deseo conseguido, es un sentido de “mío”.
f) Y finalmente tenemos LOBHA, que es una avaricia inconsciente, un deseo de acumular cosas, aunque no lo reconozcamos abiertamente; es querer más de algo que ya has conseguido, o desear que tu coche sea igual o mejor que el del vecino, etc…
Si os dais cuenta, en todos ellos he hablado de “inconscientes” y de no reconocidos; y es que los kleśa están actuando tanto si somos conscientes de ello como si no. Nuestro miedo no es sólo el miedo consciente, hay muchos miedos de los que no somos conscientes; y lo mismo pasa con los deseos. Y muchas veces somos nosotros mismos los que los reprimimos, los negamos, no queremos enfrentarnos a ellos…pero llegan a ser evidentes para los demás.
Cuando los kleśa están en plena actividad no podemos ver estos kleśa-vŗtti porque los kleśa nos ciegan. No podemos verlos hasta que llegamos a un estado de claridad que nos lo permita. Por eso, primero debemos atenuar los kleśa con el kriyā yoga y, como nos decía el sūtra anterior, trabajarlos cuando están en su estado más pequeño o sutil, prasupta y tanu; cuanto más los reduzcamos, más potenciamos esa claridad, y esa mayor claridad puede dejarnos ver nuestros problemas, puede revelarnos que en realidad la causa de alguno de ellos está en nosotros mismos, cuando antes culpábamos a otro; porque no queríamos o no éramos capaces de verlo.
Los kleśa-vŗtti requieren la práctica interna (antaranga sadhana)
VYASA nos explica el proceso con una metáfora; dice que cuando tienes una pieza de ropa muy sucia, lo más gordo de esa suciedad puede eliminarse sacudiéndola o metiéndola en agua, pero luego tienes que lavarla con jabón u otro agente que disuelva la suciedad más incrustada. Y aún hay veces que queda una mancha que a lo mejor sólo la ves según le da la luz, y esa impresión sutil solo desaparece con la destrucción de la prenda.
De la misma forma, los kleśa potentes, activos, burdos, pueden reducirse mediante las prácticas externas (bahiranga sadhana): yama, niyama, asana, pranayama, pratyahara.
Pero los más sutiles, los kleśa-vŗtti, estas fluctuaciones inconscientes de las que hemos hablado, requieren la práctica interna (antaranga sadhana), como nos dice este sūtra. Tened en cuenta que aunque el sūtra habla sólo de Dhyanam, se entiende que incluye Dharana, Dhyana y Samadhi, o en conjunto la antaranga sadhana, que es mucho más potente y trabaja las estructuras subconscientes más profundas.
Y aquellas consecuencias sutilísimas de los kleśa, aquellas manchas indelebles que no se van por bien que lavemos la prenda, esas van a permanecer -como nos decían algunas interpretaciones del sūtra anterior- hasta que la mente se disuelva en la vuelta de nuestra prakrti a su estado originario.
Con todo ello nos recuerda Patañjali que la reducción o atenuación de los kleśa no es la solución sino sólo el primer paso para poder después trabajar con los problemas más sutiles. Ahora bien, si no “pacificamos” primero con el kriyā yoga, no podemos acometer después este trabajo más sutil.
Porque reducir los kleśa a su estado más sutil no nos trae la felicidad, no nos libera aún del sufrimiento. Muchas veces se sufre más al enfrentarse a ese mundo más sutil, y es un sufrimiento que muchas veces deriva de la frustración al darte cuenta de lo que aún te falta. Ante lo que no cabe más que usar la ironía (“fíjate dónde estoy aún, y yo que creía que había avanzado tanto…!”), y soltar expectativas en Īśvara Praṇidhāna.
Y ello te trae también un sentido de responsabilidad, de ver lo que procede de ti mism@, y dejar de culpar a otras personas de lo que te pasa; abandonar el papel de víctima es un paso muy importante. Es una sustancial reducción del ego.
El trabajo con los kleśa es a largo término. Y ese es el verdadero trabajo del yoga.
Publicado por Fátima Longo